Entendemos el crecimiento o desarrollo personal como el aprendizaje sobre la particular forma de ser del individuo respecto a sí mismo y a las relaciones de interdependencia que mantiene con el mundo.
Necesitamos disponer de todos los recursos y las habilidades personales y sociales para desarrollar la inteligencia emocional, capaz de comprender la complejidad del mundo interno y de interactuar con los demás sin perdernos en el laberinto de las emociones.
El auto-conocimiento es un acto de la consciencia, el “darse cuenta” de los procesos internos (sensación, percepción, motivación, emoción, lenguaje y pensamiento) implicados en la construcción de las narrativas con las que contamos y nos contamos la experiencia de la vida.
El desarrollo personal implica responsabilidad, compromiso y acción reflexiva. Estos son los valores que proponemos a toda persona que quiera desarrollarlos junto a nosotros.
El proceso terapéutico orientado al desarrollo personal persigue los siguientes objetivos:
Además de las sesiones individuales, hemos diseñado otros programas en grupo en los que también se abordan los objetivos de desarrollo y crecimiento personal. Son estos:
El conocimiento de la vida, como bien entendió el movimiento cubista, es fragmentario. Sólo en el laboratorio el conocimiento se hace sistemático, aunque para ello se reduzca el mundo al estudio de unos cuantos fenómenos.
Los arquitectos buscan la clave de arco, porque saben que hasta que ésta no encuentre su lugar exacto entre el resto de dovelas la bóveda no será estable. También los edificios son fenómenos.
Cuando se monta un puzle se intuye por su forma y color el lugar que puede ocupar cada una de las piezas. Hay puzles que se terminan con relativa facilidad y otros, requieren más tiempo.
Consultar al psicólogo tiene que ver con la organización del torrente de información que circula por la mente e intentar dar con la clave de arco que sostiene y da sentido a la vida, por más que sepamos que el conocimiento de ésta sea fragmentario.