Psicoterapia

Ofrecemos psicoterapia en Sevilla. La psicoterapia es un recurso disponible para cualquier persona que atraviesa un período de dificultades o adversidades caracterizado por el malestar psicológico.

Nuestra función como psicoterapeutas consiste en proveer los cuidados y las herramientas necesarias para que la/el paciente recupere el equilibrio emocional comprometido negativamente en dichos períodos adversos, habituales a lo largo de la vida.

¿Cómo identificar el momento para solicitar ayuda psicológica y comenzar psicoterapia?

Destacamos tres aspectos por ser los más habituales:

Cuando la situación personal se vuelve problemática afectando de forma negativa a la calidad de vida y a la toma de decisiones.

Cuando se deterioran las relaciones familiares, interpersonales, de pareja y decae la actividad productiva.

Cuando aparecen sensaciones de malestar fisiológico, emocional, cognitivo y comportamental especialmente intensos, persistentes y duraderos.

Objetivos principales del proceso terapéutico

  • Rebajar y controlar el malestar y la sintomatología asociada al problema mejorando los aspectos emocionales de la conducta.

     

  • Adquirir los recursos necesarios con los que prevenir las recaídas y para afrontar de forma positiva las nuevas situaciones problemáticas que aparecerán en el futuro.

     

  • Entender y comprender los mecanismos corporales, cognitivos y emocionales que mantienen los comportamientos, los pensamientos y las emociones asociados al problema con el fin de superar las limitaciones presentes.

  • Alcanzar cotas de bienestar que repercutan positivamente en la calidad de vida y la autoestima.

     

  • Propiciar el desarrollo y crecimiento personal en sintonía con los valores e intereses propios, familiares y sociales.

Áreas de intervención

Hablamos de malestar psicológico para referirnos a los estados emocionales percibidos como desasosiego, incertidumbre, ansiedad, abatimiento, frustración y depresión, asociados a:

  • Alteraciones del comportamiento: impulsividad, evitación, negación.
  • Alteraciones vegetativas: insomnio, inquietud, agitación, agotamiento, pesadumbre.
  • Disonancias cognitivas: pensamientos intrusivos y recurrentes.
  • Desajustes emocionales: depresión, angustia, apatía, ansiedad, crisis de pánico, irritabilidad, agresividad, culpa, estado de ánimo negativo.
  • Fobia social: aislamiento y vulnerabilidad social.

 

 

El bienestar psicológico está indisolublemente asociado a la buena gestión de las emociones. En ocasiones, empero, los conflictos superan la capacidad de la adecuada gestión emocional generando desórdenes afectivos, como los siguientes:

  • Estado depresivo (depresión)
  • Indecisión
  • Tristeza
  • Dificultad para disfrutar de la vida
  • Falta de motivación e iniciativa
  • Apatía
  • Angustia
  • Abatimiento
  • Sentimientos de culpa
  • Agotamiento
  • Baja autoestima
  • Inseguridad y desconfianza en las propias capacidades
  • Miedo al futuro
  • Sensación de vacío
  • Alteraciones maníaco-depresivas
  • Alteraciones del sueño.

Diferenciamos el estado de alerta, que es la consecuencia de la activación asociado a la búsqueda de recursos con los que afrontar los requerimientos de cualquier situación o actividad, del estrés que da cuenta del desborde emocional que se experimenta cuando los recursos personales disponibles no son suficientes para resolver la situación planteada y las posibilidades de acción se reducen a soluciones no deseadas., causante de los siguientes estados o síntomas: 

  • Ansiedad 
  • Crisis de angustia y de pánico 
  • Miedo al futuro
  • Pensamientos obsesivos
  • Comportamientos compulsivos
  • Fobia
  • Pensamientos recurrentes e invasivos
  • Actitudes evitativas
  • Alteraciones del sueño, de la alimentación y del comportamiento.

Etimológicamente el término duelo viene del latín dolus, dolor en castellano. Esto significa que cuando hablamos de duelo nos estamos refiriendo a la vivencia angustiante que se experimenta tras una pérdida relevante

La función del duelo es la expresión de los pensamientos, sentimientos y emociones asociados a una pérdida y el restablecimiento del equilibrio emocional, familiar y social

Desde la perspectiva psicológica, el duelo es considerado un proceso normal que ocurre a lo largo de la vida. El sentimiento más profundo de pérdida tiene que ver con la muerte de algún ser querido. 

Sin embargo, los estados emocionales que suscita el duelo están igualmente presentes en otros tipos de pérdidas significativas, como: separaciones, desempleo o la frustración de alguna oportunidad para mejorar nuestra situación personal o familiar.

El duelo patológico ocurre cuando después de un período de tiempo desde la pérdida (relativo en función del suceso y de la persona), el malestar psicológico persiste generando desórdenes emocionales, comportamentales y relacionales.

Los síntomas más habituales del duelo patológico son:

  • Negación
  • Tristeza
  • Estados depresivos
  • Ansiedad
  • Irritabilidad
  • Ira
  • Desinterés por las actividades que habitualmente se venían desarrollando con normalidad 
  • Expectativa negativa sobre el futuro.

 

La compulsión es el hábito de repetir un comportamiento de forma reiterativa sin que aparentemente se obtenga ningún beneficio de ello, más allá de un cierto y pasajero alivio de la ansiedad, que suele regresar al poco tiempo.

Los comportamientos compulsivos resultarían vacuos si no fuera porque no solo no consiguen acabar con la angustia, sino que, por el contrario, la cronifica.

Detrás de las aparentes excentricidades del comportamiento compulsivo hay un intento desesperado de controlar el sufrimiento, de sobrevivir ante las dificultades de la vida.

Normalmente nos mostramos tolerantes con las personas que padecen problemas de compulsión porque empatizamos con su sufrimiento. Sin embargo, no es fácil la convivencia con ellas por su constante necesidad de control y la persistencia de los comportamientos repetitivos.

Las personas aquejadas de este tipo de problemas necesitan ser aceptadas tal como son, de ahí que se haga necesaria la ayuda psicológica.

El trauma incluye síntomas de desregulación afectiva y comportamental y representaciones distorsionadas en las siguientes áreas: 

  • del yo, a través de sentimientos como la vergüenza, de inadecuación o de no ser digno.
  • los demás, percibidos como potenciales agresores y desconfiables.
  • las relaciones interpersonales que, a menudo, se manifiestan a través de conductas disruptivas.
  • perturbaciones de la consciencia, en forma de disociación.
  • de la cognición, como dificultades en la concentración, el aprendizaje y la memoria.


Algunas definiciones de trauma incluyen la exposición a acontecimientos estresantes inevitables, de los que no se puede escapar y que sobrepasan los mecanismos de afrontamiento de la persona.

Para Pierre Janet (París, 1859 – París, 1947), cuando las personas se sienten emocionalmente sobrepasadas, los recuerdos no pueden transformarse en experiencias narrativas neutras y, por tanto, se registrarán en forma de síntomas corporales. 

El terror se convierte en una fobia al recuerdo que impide su integración y se asimila como percepciones visuales, preocupaciones somáticas y re actuaciones conductuales. La disociación de la experiencia traumática en el plano cognitivo quedará instalada en el cuerpo.

Nuestra capacidad de adaptación nos permite seguir viviendo a pesar de las heridas, aunque en momentos de estrés, las heridas emocionales se hacen presentes manifestándose como síntomas de ansiedad, como así señala Pierre Janet. 

La amnesia que acompaña a la experiencia traumática no permite localizar el foco de la angustia, precisamente porque ha sido borrado de la memoria.

La reconstrucción de una narrativa capaz de conciliar el recuerdo traumático es un proceso delicado, cargado de emociones y esperanza y el objetivo de la terapia focalizada en el trauma

En los trastornos de la alimentación por causas psicológicas distinguimos entre los originados en la infancia de los que tienen el origen en la adolescencia. 

  • De origen en la infancia:
    • Pica (evitación de la ingesta de alimentos)
    • Rumiación alimentaria
    • Trastorno de la ingesta alimentaria en la infancia
  • De origen en la adolescencia:
    • Anorexia nerviosa
    • Bulimia nerviosa
    • Trastorno por atracón

Las alteraciones del sueño están implicadas en los estados de agotamiento físico, bajo rendimiento, sueño diurno y dificultad para cumplir con los compromisos profesionales, familiares y sociales. 

Dependiendo de las causas, las alteraciones del sueño pueden ser situaciones pasajeras o generar problemas psicopatológicos. Algunos de estos problemas son los causantes de los trastornos del sueño; otros, están presentes en los trastornos afectivos y de ansiedad.

Las alteraciones del sueño más frecuentes son las siguientes:

  • Insomnio,
  • Hipersomnia
  • Narcolepsia
  • Ronquido y apneas del sueño
  • Parasomnias
  • Síndrome de las piernas inquietas
  • Terrores nocturnos
  • Pesadillas
  • Sonambulismo

 

Las somatizaciones se manifiestas como síntomas físicos aunque las causas son de origen psicológico.

Las somatizaciones están asociadas a pensamientos, sentimientos y conductas relacionadas con la salud que suelen ser invasivas, persistentes y excesivas, que inciden negativamente en la calidad de vida.

Estos problemas se caracterizan por:

  • Dolores continuados sin causa médica en abdomen, articulaciones, cabeza, extremidades
  • Problemas digestivos como vómitos, náuseas, diarrea, intolerancia a alimentos
  • Problemas de coordinación e inestabilidad motora: vértigo, alteraciones del equilibrio;
  • Afonía
  • Pérdida de sensibilidad táctil
  • Dificultad para deglutir
  • Tics
  • Estereotipias.

La sexualidad es un complejo sistema que aglutina factores fisiológicos, psicológicos y sociales.

La experiencia sexual es heterogénea en función de la persona y de la cultura. Para algunas personas, la actividad sexual tiene una importancia central, mientras que para otras la importancia es menor.

La sexualidad y el deseo se entremezclan dando una gran variedad de conductas sexuales.

Según el DSM-V, las disfunciones sexuales se caracterizan por la incapacidad para la respuesta sexual o para experimentar placer sexual. Estas son algunas de las disfunciones sexuales que incluye dicho manual:

  • Eyaculación retardada
  • Trastorno eréctil
  • Trastorno orgásmico femenino
  • Trastorno del interés/excitación sexual femenino
  • Trastorno de dolor génito-pélvico/penetración
  • Trastorno de deseo sexual hipoactivo en el varón
  • Eyaculación prematura (precoz)
  • Disfunción sexual inducida por sustancias/medicamentos
  • Otra disfunción sexual especificada
  • Disfunción sexual no especificada.


Previamente al tratamiento psicológico de las disfunciones sexuales se han que descartar las causas médicas.

El consumo de sustancias adictivas (alcohol, cafeína, cannabis, alucinógenos, fenciclidina, inhalantes, opioides sedantes, hipnóticos y ansiolíticos, estimulantes, tabaco y otras sustancias no conocidas) puede generar comportamientos patológicos asociados a trastornos mentales de tipo psicótico y neurótico, cuando su consumo es habitual y en cantidades considerables.

La persona dependiente de sustancias puede mantener un funcionamiento normal, pero con frecuencia se produce deterioro social y dejadez de sus compromisos sociales y responsabilidades familiares.

El patrón patológico de las adicciones tiene tres componentes: tolerancia, abstinencia y dependencia.

  • Tolerancia: es la responsable del aumento significativo del consumo para mantener los mismos efectos que al inicio del consumo, ya que con el uso habitual el efecto de la sustancia disminuye.
  • Abstinencia: es un cuadro de síntomas y alteraciones fisiológicas displacenteras y comportamentales que aparecen cuando disminuye la concentración en sangre de la sustancia, cuando la persona ha sido una consumidora habitual durante un período prolongado de tiempo y en grandes dosis.
  • Dependencia: surge cuando para paliar los efectos negativos de la abstinencia la persona busca de forma compulsiva la sustancia para volver a consumirla.

Otro tipo de adicciones son las denominadas adicciones sin sustancia. En esta categoría se incluye el juego patológico.